Hoy te invito a que hagas una visita imaginaria, ¿estás preparado/a?, ¡Comenzamos!
Estas en el super, miles de productos y alimentos te rodean; una calle para los productos de limpieza, otra para los productos de higiene y cosmética; otra para los lácteos y derivados en refrigeración; para los zumos, para la fruta y verdura, para el pan, la carne o el pescado,…
Y llegas con tu lista o no de la compra; coges tu carro o cesta y comienzas a elegir los alimentos o productos deseados o necesarios. Además, recuerdas la conversación que tuviste el otro día con tu cuñado/a en la que te contó que él/ella tomaba mucha fibra porque le costaba ir al baño y tú, que tienes el mismo problema te decides a seguir sus pasos para resolverlo.
Entonces, haces el siguiente planteamiento: «Si para ir al baño necesito tomar más fibra pues, aumento su consumo y listo«. Y, como estás en el super, llegas a la calle de los «PRODUCTOS PARA…» y dices: «Como quiero tomar más FIBRA me compro estas GALLETAS ricas en fibra y listo«.
Sin embargo, ¿da igual si tomas fibra presente de forma NATURAL en ALIMENTOS que si procede de PRODUCTOS en los que se ha AÑADIDO?
La respuesta es rotundamente NO.
La INDUSTRIA ALIMENTARIA, se dedica a seguir nuestras necesidades:
-Si vamos a correr y no llevamos una botella de agua porque se nos resbala, se fabrican botellas más ergonómicas para que eso no ocurra y la sigas comprando.
-Si no llevas fruta en el bolso para que tu niño/a se la tome en el parque porque te da pereza llevarla cortada, se fabrican unos sobres que contienen un preparado para beber «con frutas» y así sigas comprando.
-Si trabajas fuera y no puedes comer en casa todos los días, se fabrican envases para que puedas llevar la comida de tu casa al trabajo y así sigas comprando.
– Si conoces la importancia del consumo de FIBRA, pero pasas de tomar alimentos que la contengan y estás dispuesto/a a pagar más por productos más palatables como GALLETAS, tortitas de arroz, etc, se comercializan productos ricos en fibra para que sigas comprando.
Dicha INDUSTRIA te ofrece comodidades sin tener en cuenta si mejoran tu salud o no, simplemente es marketing de venta y nada más, es decir, si un alimento o un producto genera ventas, se comercializa y si no, pues se busca otro que tenga más salida y lo que se esté vendiendo es indiferente.
¿Y por qué mi respuesta anteriormente, ha sido NO? ¿Será un capricho de una Dietista-Nutricionista cabezota? ¿O puede que los alimentos y los productos no nos aporten lo mismo?
En primer lugar, ningún/a profesional de la Nutrición fomentaría hábitos «por capricho«.
Y en segundo lugar, claro que NO nos aportan lo mismo:
ALIMENTOS «ricos en fibra»
cereales integrales, legumbres, frutos secos, fruta y verdura
Te aportan: fibra presente de forma natural, grasas poliinsaturadas (ω-3/6), vitaminas, minerales y agua entre otros nutrientes. Y sobre todo, SACIEDAD.
PRODUCTOS «con fibra añadida«
galletas, tortitas de arroz, cereales del desayuno, barritas energéticas, yogures, leches
Te aportan: azúcares refinados, grasas saturadas, sal, fibra añadida. Y necesitas mucha más cantidad para llegar a saciarte.
Por tanto, si quieres aumentar el consumo de FIBRA, ahora que conoces la diferencia entre los ALIMENTOS y los PRODUCTOS que la contienen, dispones de criterio suficiente para elegir la fuente correcta. Así que ya no tienes escusas para elegir desacertadamente, otra cosa es que desde tu libertad te quedes con la opción menos saludable 😉
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