Hace 50 años, cuando los mercados eran pequeños puestos donde se vendían ALIMENTOS y no PRODUCTOS ALIMENTARIOS, la gente compraba lo que realmente necesitaba como verduras, legumbres, carne, pescado, huevos, aceite, etc; simplemente compraban ALIMENTOS.
Sin embargo, ahora se compran NUTRIENTES. A día de hoy, vas al super y no ves leche y yogures, sino leche y yogur enriquecido en PROTEÍNAS. Te lo venden como algo fundamental en tu alimentación, porque según el marketing actual «Cuanto mayor sea la cantidad de PROTEÍNAS que tomes, mejor para tu salud» o «Cuanto más PROTEÍNAS, menos calorías», pero en realidad, «¿Necesitas tomar tantas PROTEÍNAS como te venden?»
En primer lugar, los lácteos y derivados, tal cual, son fuente de PROTEÍNA, por lo que no necesitan estar enriquecidos ya que en cada ración aportan una cantidad aceptable que tomados junto con otros alimentos que también lo sean (legumbres, frutos secos, carne, pescado y huevos) se llega sin problemas a las necesidades diarias.
En segundo lugar, la población no tiene déficits de PROTEÍNAS, sino de fibra, vitaminas y minerales presentes en cereales, legumbres, frutos secos, frutas y verduras.
Y en tercer, lugar, cada nutriente tiene un tipo de absorción y en el caso de las PROTEÍNAS su absorción está autorregulada, es decir, las PROTEÍNAS que se toman se emplean para el mantenimiento del cuerpo y el exceso se elimina por heces, orina y piel. Por tanto, NO SIRVE DE NADA que tomes más cantidad de lo que tu cuerpo necesita, pues no ejercerá ninguna función en tu organismo. Además, guiado/a por el nivel proteico, puede que tomes tal cantidad de productos que al final no ejercerán dicha función nutricional y encima estarás tomando mucha más energía (generando un exceso calórico, debido al aporte de otros nutrientes también presentes en el producto, que pasará a formar parte de tu reserva energética) y probablemente de mala calidad.
Al final, todo es mucho más sencillo que contar calorías o nutrientes ingeridos al día; La alimentación va más allá; La alimentación es como un cuadro de Picasso, si echas un vistazo rápido sólo ves garabatos con formas abstractas, pero si te detienes a mirar la belleza de su trazado, verás que hay mucho más de lo que puedes ver a simple vista. Y esto mismo ocurre con la alimentación, pues si sólo te fijas en las etiquetas de «enriquecido en PROTEÍNAS«, «bajo en calorías«, y otras del estilo de PRODUCTOS ALIMENTARIOS, te perderás disfrutar con los sabores, texturas, colores, aromas de los ALIMENTOS sólo por ejercer de calculadora humana de NUTRIENTES.
Así que te invito a que disfrutes de una alimentación saludable, apetecible y respetuosa con el medio ambiente y te olvides de ese recuento diario.
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