OPERACIÓN POLVORÓN (2ª Parte)


La semana pasada nos quedamos con una serie de cuestiones en el aire que hoy trataremos de resolver. Dichas cuestiones eran las siguientes:

¿Y si pudieras decidir CUÁNDO y en QUÉ CANTIDAD tomar este tipo de productos? ¿Y si pudieras no asociar los DULCES con MOMENTOS EMOTIVOS como volver a ver a un familiar o un amigo/a que vive fuera o a reunirte con la familia o los/as amigos/as y lo vieses como un producto de sabor dulce? Si lo consiguieras, ¿realmente COMPRARÍAS y COMERÍAS de la misma forma?

En relación a la primera, sí, puedes decidir cuándo y en qué cantidad consumirlos. Está claro que “un dulce no amarga a nadie“, pero debes tener claro que en una alimentación equilibra es muy importante poner en práctica aquellas elecciones que te lleven a elegir la cantidad y la frecuencia de consumo adecuada.

Sin embargo, en la alimentación es imprescindible la variedad y por ello es lícito que ocasionalmente si te apetece tomar este tipo de productos lo hagas siempre y cuando sea con moderación.

Bueno, no me voy a andar con más rodeo y te voy a poner un ejemplo clásico:

La CENA de NAVIDAD

Esa noche que vas a la casa de tu abuelo/a sabiendo que vas a comer HASTA REVENTAR y que el/ella se encargará de que ocurra, pues su objetivo será “que te QUEDES HARTO/A“. Esa misma noche, sabes que no sólo vas a cenar muchísimo, sino que después de los postres alguien de tu familia traerá a la mesa esa BANDEJA REPLETA de turrones, bombones, mantecados, etc. Y a pesar de todo, seguramente terminarás tomando alguno de estos productos.

Pero, ¿y el resto de días?¿Cuál es la escusa?

Pues bien, he de decirte que el resto de días puedes dejar a un lado este tipo de productos y consumir  como snacks alimentos que son mucho MÁS SALUDABLES como la FRUTA, los FRUTOS SECOS (sin salar), los CEREALES INTEGRALES o los LÁCTEOS NATURALES (sin azucarar ni edulcorar) y que además, si los preparas de forma atractiva pueden llegar a ser tan apetecibles como los que nos VENDEN «A CASCOPORRO» (en grandes cantidades) las grandes superficies. También es necesario que tengas en cuenta el ejemplo que puedes dar a tu entorno, porque en una casa donde los padres/madres tienen hábitos saludables, sus hijos/as también los tendrán o al menos, verán esa actitud como «lo normal» y de la misma forma ocurre con hermanos/as, primos/as , amigos/as, etc.

Entonces, te preguntarás ¿Y sólo puedo comerlo en la CENA de NAVIDAD?

Este tipo de productos son de consumo OCASIONAL, por lo que no se deben superar las 2 raciones COMO MÁXIMO a la semana. En cuanto a la cantidad, si hablamos de turrones la ración sería un dedo, si hablamos de bombones sería uno y si son mantecados uno también.

Para finalizar, y en relación a las últimas cuestiones destacadas al inicio, es posible que no esté en tu mano desvincularte con la multitud de escenas que te plantan cada NAVIDAD los spots publicitarios, pero SÍ PODEMOS decidir qué alimentación quieres llevar y sobretodo qué legado le dejas a tu entorno más cercano. Así que nunca dejes de disfrutar de lo que te gusta sin olvidar CUÁNDO y en QUÉ CANTIDAD.

En definitiva, es importante que controles tu alimentación para que cada periodo previo a una fiesta no sea OPERACIÓN sino PREPARACIÓN y CONTROL y en el caso de la NAVIDAD que no sea OPERACIÓN POLVORÓN, sino PREPARACIÓN y CONTROL NAVIDEÑO. De esta manera, evitarás excesos y podrás CONTROLAR TU PESO y DISFRUTAR MÁS Y MEJOR de los encuentros con tus seres queridos.



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