Quien no se consuela es porque no quiere

La industria alimentaria ya no sabe qué hacer para seducirnos con sus envases de comida basura. Tengo que reconocer que en este l@s desarrollador@s del diseño han sido más creativ@s de lo normal y es que esta industria está al tanto de la importancia que se le da a la estética y al producto milagro para conseguir el «cuerpo perfecto» en 2 días.

Parece evidente que consumir unos bizcochos cuadrados no va a ayudarte a conseguir que tengas los abdominales de Cristiano Ronaldo, pero sí puede que algunas personas piensen que son «bollería fit«, es decir, que no lleva azúcar sino dátiles, que el aceite sería de oliva virgen y no de girasol y le han puesto muy poco, que la harina es integral, que el yogur es natural sin azúcares añadidos y que de los huevos sólo lleva la clara. Y, aún así, sigue siendo un bizcocho y no es mejor que una pieza de fruta por muchos recortes que le hagan al listado de ingredientes.

Lo cierto es que por mucho que nos quieran vender comida basura como algo que sólo aporta sensaciones positivas, lo que es bueno para tu salud, lo es y lo que no, no lo es o como dice el refrán: «Aunque la mona se vista de seda, mona se queda«. Ahora bien, si un día te apetece tomarte lo que sea, en este caso un trozo de bizcocho, ¡Adelante, no es un pecado!, pero tienes que entender que si ese mismo bizcocho te lo tomas cada día repercutirá negativamente en tu salud.

Por tanto, cuando te encuentres comida basura en envoltorios atractivos, recuerda que por muy bonito o muy estimulante que sea el envase sigue siendo un producto de mala calidad, así que como al elegir un buen libro, no te quedes con la portada y léete la parte trasera para saber si realmente merece la pena😉. Y si no entiendes las etiquetas de los productos del supermercado, visita a tu Dietista-Nutricionista de confianza y seguro que te lo explicará encantad@🤗.